La idea del proyecto surge de la necesidad personal de metamorfosear el dolor y el sufrimiento en paz y sosiego a través de la gestualidad y el arte de coser que tradicionalmente realizaban las mujeres. Eso, y el hallazgo en un mercado de segunda mano, una caja llena de bobinas de hilo rojo de lanzadoras procedentes de una antigua fábrica de Alcoi,(cuna de las hilaturas y del desarrollo industrial textil del País Valenciano), provocó en mí una necesidad vital de unir pintura e hilo, gesto y aguja.Paradójicamente hablo de mi dolor en un momento en el que toda la sociedad queda eclipsada por una pandemia, en la que las personas muertas pasan a ser meras cifras, y en el que todos de alguna manera u otra hemos perdido algo o algún conocido.Así pues, este proyecto es concebido en un momento de dolor y es por eso que se convierte en una forma de expresión del dolor más universal. Cualquier persona se puede sentir identificada con este concepto.